Entre el calor y las vibraciones de un destartalado autobus hondureño empiezo finalmente a tomar los primeros apuntes de este viaje. 4 horas de autobus me esperan antes de llegar a mi destino, y entre San Pedro Sula y La Esperanza-Intibucà parece ser todo un subseguirse de vegetaciòn tropical, chabolas y casas construidas a los margenes de esta arteria que se extiende en direciòn de Siguatepeque.
La Taca Airlines desde Miami para en Guatemala y El Salvador antes de atterizar en San Pedro Sula. Vidrios de los coches obscurados e hilo de hierro en cima de los muros ententan tener a distancia miseria y desperadas malas intenciones.
El hostal es simple pero limpio y doña Cinzia me prepara huevos rotos, queso salado fuerte y pan tostado, zumo de melon para beber. En la primera mañana he caminado hacia un centro comercial, mirandome al alrededor para acostumbrarme al aire pesado, y esta vez sin referirme al calor pero a la inseguridad que se respira. Coches japoneses pasan a toda ostia en el trafico, vendedores ambulantes, basura y guardias armadas.
De vez en cuando el autobus, que se precipita a fuerte velocidad, ralentiza. Un control de policia, un pasajero que sube en corsa. Hace un calor humedo, la ropa se pega a la piel, pero por suerte parece que la zona donde se desarrolla el proyecto es muy fresca, encontrandose en posiciòn mas alta respecto al valle.
Bananos, palmerales y cualquier tipo de planta tropical gobiernan sobre todo.
El verde golpea la vista desde el primer momento. Desde la pequeña ventanilla del avion se nota la riqueza natural de estas tierras.
El autobus hace una parada, Parque Guacan dice el cartel del pequeño centro abitado. Vendedores de agua de coco en bolsas de plastico y pescado frito se acercan. Estoy a punto de comprar algo pero me paro. Hay tiempo para probar.
El choffer parece bastante despierto y tambien seguro de su modo de conducir.
De toda forma no importa, esta es solo una de las diferentes variables que forman el rompecabezas de esta nueva aventura.
Me encanta la última foto, la del niño en el autobús... Buen ojo!
ResponderEliminar*Marta