EL MUNDO...
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó, dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana.
y dijo que somos un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás, no hay dos fuegos iguales:
hay fuegos grandes y fuegos chicos
y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de
fuego loco, que llena el aire de chispas algunos fuegos,
fuegos bobos, ni alumbran ni queman.
Pero otros arden la vida con tantas ganas,
que no se puede mirar sin parpadear
y quien se acerca, se enciende.
POBREZAS...
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no tienen silencio ni pueden comprarlo.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar,
como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que tienen el derecho de respirar mierda,
como si fuera aire, sin pagar nada por ella.
Pobres,
lo que se dice pobres
son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que viven dramas pasionales con las máquinas.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que son siempre muchos y están siempre solos.
Pobres,
lo que se dice pobres,
son los que no saben que son pobres.
besos y sonrisas
clarita
lunes, 24 de mayo de 2010
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